G20: ¿Qué es y por qué va a contramano del mundo?

El Grupo de los 20 (G20) es un foro internacional que tiene como finalidad la cooperación económica, financiera y política entre los países que lo integran. Según su “estatuto” digital, busca “dialogar y construir consenso para impulsar políticas públicas que resuelvan los desafíos que enfrenta la humanidad”.

El bloque está integrado por la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.

En adición a estos miembros, se cuenta con la presencia de España como invitado permanente, la potestad del anfitrión de turno de invitar a otros Estados y Organismos.

En el caso de la Argentina han sido Chile y Holanda por un lado, así como en representación de organizaciones regionales, Singapur (ASEAN), Jamaica (CARICOM), Ruanda (Unión Africana) y Senegal (NEPAD). La presidencia argentina, además, invitó al Banco Interamericano de Desarrollo y al Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

El G20 (aún) representa el punto más alto de la globalización. Fundamentalmente porque es consecuencia de sostener que, en los planos financieros y económicos a nivel global,  es necesario ampliar la cantidad de actores que participan de la mesa de negociación.

A contramano de la globalización

En el año 2016, el semanario londinense publicado en The Economist planteaba una nueva dicotomía al momento de analizar las variables políticas y sociales que marcan el pulso de las principales potencias económicas del mundo.

Frente al histórico entendimiento de los ejes izquierda – derecha como análisis de los partidos tradicionales y sus rasgos identitarios, se tomó como nuevo contrapunto de la coyuntura internacional el de nacionalismo – aperturismo.

¿Qué significa esto? Que frente a un escenario político esencialmente marcado por el cosmopolitismo y sus beneficios, poco a poco el mundo está viendo surgir y gobernar partidos con un creciente éxito electoral donde los valores emanados sostienen un discurso contrario a la inmigración, el libre comercio y atento a una mayor atención a la seguridad y defensa.

¿Cuáles fueron los principales puntos?

El traumático triunfo electoral de Donald Trump y la consecuente “guerra comercial” con China, el Brexit, el ascenso de la extrema derecha populista en varios países de la Unión Europea y la victoria de Jair Bolsonaro en Brasil son algunos de los puntos que cuestionan la estabilidad de las democracias de occidente más sólidas y decantaron en un rechazo sobre el orden global construido.

¿Qué plantea la Argentina bajo este escenario?

La fuerte tensión entre las potencias y la ofensiva comercial de la administración Trump generan un contexto propenso al enfrentamiento en la cumbre de líderes globales que se realizará el 30 de noviembre y 1 de diciembre en Buenos Aires.

Tomando nota de esto, la presidencia Argentina decidió pasar por alto los grandes e inevitables cortocircuitos del comercio y propuso como ejes de debate al futuro del trabajo, la infraestructura para el desarrollo y un futuro alimentario sostenible.

“Lo mejor que le puede pasar al gobierno argentino en el ejercicio de su presidencia del G-20 es que no pase nada”

No obstante a estas intenciones, el eje comercial y el resultante choque será inevitable. La estrategia de “América primero” promovida por Donald Trump parece encontrar en el “Sueño chino” de Xi Jinping un obstáculo cuyas consecuencias pueden repercutir a lo largo y ancho del mundo. No en vano ambos países concentran algo así como el 40% del PBI mundial.

La nueva posición proteccionista de los Estados Unidos va en contra del mandato liberal que asumieron prácticamente todos los demás países que integran este Grupo de los 20. Es por eso que este G20 se presenta como una cumbre de “alto riesgo”.

La diplomacia hoy no es bilateral, multilateral o de cumbre. Es la complementación, no el reemplazo. Y si bien los acuerdos y compromisos multilaterales tienen un costo de defección más caro que un acuerdo bilateral, esto no parecería estar pesando en el accionar de Donald Trump.

Como sostuviera Alberto López Girondo, dicen que la crisis es una oportunidad. Para la gobernanza mundial, en cambio, cada crisis genera un organismo que tiene como misión morigerar las consecuencias y evitar nuevas crisis.

Hasta ahora los organismos fueron cambiando, lo único permanente son las crisis.

Daniel Maffey

Lic. en Relaciones Internacionales

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